domingo, 1 de marzo de 2009

EL MARISTAN


Construido con retraso con respecto a otros complejos sanitarios levantados con anterioridad en otras partes del mundo islámico. Se sabía de la existencia de esta institución en otras zonas geográficas como en el siglo XII, en la zona de Levante (Valencia y Zaragoza), aunque el de Granada era el primero del que se tenia constancia certera. El maristán era una institución sanitaria.

Fue fundado a instancias del sultán nazarí Muhammad V y su construcción duro veinte meses como recogía uno de los fragmentos de su lapida fundacional: comenzado a levantarse “en la segunda decena del mes de Muharraq del año 767 musulmán (entre septiembre y octubre del 1365 cristiano)” y acabado “en la segunda decena del mes de shawwal del año 768 musulmán (entre inicios y mediados de junio del 1367 cristiano).

Por otros párrafos que podían extraerse de esa lapida se conoce la clase social a la que pertenecían las personas a las que iba destinado el servicio del hospital y de los fondos monetarios del propio Muhammad V había destinado a su mantenimiento.

Esta inscripción fundacional se asemeja a la casi contemporánea inscripción de la Puerta de la Justicia. Sobre su ubicación real en la portada no existe un acuerdo unánime, salvo la que enmarca el dintel. Salvo este detalle, los restos conservados permiten conocer la disposición de la portada y su excelente labra en mármol blanco.

Dos piezas de mármol que constituyen una estela en forma de puerta con arco de herradura apuntado, contiene 26 líneas, cuya traducción es la siguiente:

Loor a Dios. Ordeno la construcción de este maristán, como muestra la amplia misericordia para con los débiles enfermos musulmanes y como acercamiento útil –si Dios quiere- al Señor de los mundos, perpetro su buena obra que habla en lengua elocuente, y realizo sus deberes de caridad para el transcurso y la sucesión de los años, hasta que Dios herede la tierra y a aquellos que están en ella, pues El es el mejor de los herederos, el señor, el imán, el sultán, el héroe, el grande, el ilustre, el puro, el victorioso, el mas feliz de su gente en su gobierno, el primero de ellos en abalanzarse en la senda de Dios, el detentador de las victorias, de las acciones favorecidas por Dios y de la magnanimidad, el que recibe la asistencia de los ángeles y del espíritu, el defensor de la tradición, el refugio de la religión, el príncipe de los musulmanes al-Gani bi-llah Abu Abd-Allah Muhammad, hijo del señor, el celebre, el sultán ilustre y elevado, el combatiente por la fe, el justo, el magnánimo, el feliz, el mártir, el santificado, el príncipe de los musulmanes Abul-Hayyay, hijo del señor, el sultán ilustre, el celebre, el grande, el magnificado, el victorioso, el que derrota a los politeístas y subyuga a los infieles injustos, el feliz, el martir Abu l-Walid ibn Nasr al-Ansari al-Jazrayi. ¡Que dios le otorgue la aprobación de sus obras y su cumplimiento, por su favor completo y la recompensa amplia de sus esperanzas! Por ello realizo una buena obra que no tuvo precedente desde la introducción del Islam en este país, por ella agrego un bordado de gloria al excelente manto de la guerra santa y busco la faz de Dios, deseando la recompensa, pues Dios es el poseedor de la gracia inmensa. El ha preparado una luz que vaya delante y detrás de el “el día en el que no sean utiles ni riqueza, ni hijos salvo presentarse a Dios con un corazib integro”. Y tuvo lugar el comienzo de su construcción en la decena de mediados del mes de Muharraq del año setecientos sesenta y siete (27 septiembre – 8 octubre de 1365), y se termino lo que se propuso, para lo que asigno legados píos, en la decena de mediados de sawwal del año setecientos sesenta y ocho (9-18 junio de 1367). Dios no descuida la recompensa de los que realizan buenas obras ni frustra el esfuerzo de los benefactores. Salve Dios a nuestro señor Muhammad, sello de los profetas, a su familia y a sus compañeros, todos.

La lengua utilizada manifiesta la corrección típica de la chancillería nazarí, al igual que su ampulosidad lo que se manifiesta no solo en el cúmulo de adjetivos ensalzadores de los soberanos. Un problema interesante de traducción que presenta esta inscripción es el termino du’afa’, en la tercera línea, que Lévi-Provençal interpreto como “pobres”, si bien su sentido original es el de “débiles” en lo que se incluye también el de “débiles mentales”, aunque en la traducción mas próxima a la época, la de Pedro Alcalá, aparecen los dos sentidos. El carácter de estos enfermos ha sido discutido a partir de la cita de J. Münzer, quien lo llamo Casa de los Locos en 1494, por lo que se interpreto como un cambio de uso de un hospital general, a partir de la versión dada por Lévi-Provençal de la inscripción, volviendo a pensar que seria el primer nosocomio fundado en Europa.

Ubicada en la margen derecha del río Darro, situado en el barrio de Axares (Ajšariš), el Maristán ocupaba más de mil metros cuadrados (1015 m2), limitando al oeste con la calle por la que se bajaba al Bañuelo, al sur y al este tuvo casas adosadas frente a las que se encontraban respectivamente la Puerta de los Tableros o Bab al-Difaf (Puente del Qadi) y la llamada Casa de Zafra. Al norte con la Calle Portería de la Concepción, en cuya dirección se situaban su fachada y puerta principales. Justo en ese acceso, presidiendo la entrada, había sido colocada la lapida en la que figuraba el nombre del sultán que había mandado levantar el edificio y la fecha en que lo había hecho.


Muhammad V fue un emir que gobernó dos veces (1354 – 1360, 1360 – 1391) siendo su reinado el mas largo y fecundo de los reyes nazaríes. Hijo de Yusuf I, era el primogénito de tres hermanos: Muhammad, Ismail y Qais. Su trono fue usurpado por dos advenedizos, aunque recupero el trono tras largas visicitudes y tras una larga estela de sangre. Recibió de su pueblo el apelativo de al-Gani bi Ilah, es decir, “el contento o regalo de Dios”. En una segunda crónica se le llamara “el viejo”, a causa de su largo reinado.

En sus primeros años de emir, Muhammad declino el poder real en su tutor, el príncipe Ridwan ibn Abd Allah Bannigas[1] y en su visir (o primer ministro), el intelectual Ibn al-Jatib, quien nos relata la escisión familiar y las visicitudes que dieron lugar:

Muhammad había ordenado que su hermano Ismail viviese confinado en una de las torres de palacio (vivienda y prisión al mismo tiempo, para algunos esta torre es la que actualmente llamamos de la Damas, en el Partal, y que durante un tiempo llámose también “torre de Ismail”) junto con su madre la reina (madrastra de Muhammad V y quien había acumulado riquezas) y los hermanos de esta. Una noche del mes de agosto del anno 1359 estalla un motín en el cual cien hombres armados y dirigidos por Abu-Said (cuñado de Muhammad V) asaltan la Alhambra y asesinan, violan y saquean, siendo Ridwan la primera victima que muere trágicamente en presencia de sus hijos. Muhammad, que reposaba en el Generalife huye a caballo ayudado por un grupo de leales hacia Guadix, donde lo acogen como emir legitimo. Ante los inciertos avatares de la situación, embarca en Marbella rumbo a Fez, donde es recibido con cariño por el sultan Abu Salim. En su sequito van dos famosos intelectuales: Ibn al-Jatib y su discipulo Ibn Zamrak. En Granada reina Ismail II durante unos meses como un títere hasta que Abu-Said lo asesina, así como al otro hermano Qais, a quien hace degollar. Libre de toda traba se hace proclamar emir del reino con el nombre de Muhammad VI “el Bermejo” durante dos años. Ayudado por Pedro (el Cruel), rey de Castilla, recupera el trono con la condición de ayudarle cuando lo necesitara en su ayuda contra los aragoneses. Durante un inusitado periodo de paz Granada progresa sin tregua, construyéndose edificios como el Patio de los Leones de la Alhambra, la puerta del Vino, el Maristán, etc. Se pone en relación la fecha de construcción con las secuelas de la “Peste Negra” que asolo a toda Europa entre 1348 y 1350.

Maristán deriva del persa bimaristan que hace referencia tanto a un “hospicio” como a un “hospital”.


Las excavaciones realizadas también han propiciado el hallazgo de diversos elementos decorativos de la desaparecida portada principal, correspondientes a pilastras, cenefas de doble cinta entrecruzadas y paneles de decoración geométrica e inscripciones cúficas. En esta portada se situaba asimismo la lápida fundacional del hospital, realizada en mármol blanco y con forma de arco de herradura.

Bajo el edificio nazarí también se han documentado los restos de una qawraya o corredor cubierto que permitía subir el agua del río mediante carros y caballerías. A partir del siglo XI, con la expansión de la ciudad hacia el llano y la construcción de las murallas que dejaron al río en la parte de intramuros, la qawraya perdió su función.

Sus posteriores usos, hasta su demolición parcial en 1843, habían ido deteriorando la imagen y la hechura del edificio original, caracterizado por un patio rectangular que contaba en su mitad con una gran alberca de unos 14 x 5 metros, de forma similar al patio y se alimentaba del agua que lanzaban las bocas de dos leones de piedra enfrentados, que hacían las veces de surtidores.






Estas dos figuras de león esculpidas en mármol oscuro para su utilización como surtidores mediante una tubería que, entrando por la base, atraviesa toda la pieza hasta la boca, desaguando a chorro, con una sección interior de 3,5 cm. Los Leones aparecen sentados sobre sus patas traseras, plegadas, reposando en una base lisa, tallada en el mismo bloque, de 1,30 x 0,56 x 0,13 m, habiéndose perdido la parte posterior de una de ellas desde el talón hasta el borde, dejando ver la entrada de la tubería del surtidor. Las cabezas de los leones han perdido sus respectivas orejas, cuya huella puede observarse claramente. El resto de la cabeza y la parte anterior del cuerpo aparecen completamente cubiertos por una larga melena formada por la superposición de grandes bucles, de 11 cm. de largo, que en el eje frontal forman cuatro grandes lóbulos o gotas. Los rasgos de la cara aparecen especialmente marcados por las amplias fauces, resaltadas mediante tres pliegues y una gran dentellada, con mandíbula superior e inferior acusando grandes colmillos que bordean el surtidor. Bajo este despliegan la lengua de 7 cm. de longitud y 6 de base. Igualmente resalta en el rostro un gran hocico con dos lóbulos sobre el que apenas se perciben los parpados de los ojos. El resto del cuerpo de los leones aparece liso, interrumpido únicamente por una larga cola que, atravesando las patas traseras, se pliega sobre el lomo hacia el costado derecho en el león más alto y hacia el izquierdo el león más bajo, hasta alcanzar, en ambos, la melena. Las manos de los leones destacan cuatro digitaciones.

La representación del león era habitual en toda clase de soportes y materiales como los botes al-Mugira (Museo del Louvre) o la pieza de marfil (s. XII) procedente de la colección Adolf Stoclet de Bruselas (hoy en el Museo Victoria & Albert de Londres) en el que aparecen sentados sobre sus patas traseras dos leones, replicas a escala de los del Maristán.


Son numerosos los modelos granadinos de leones, conservados o no, como la leona del Convento de las Comendadoras de Santiago o los leones del Nayd, a orillas del Genil. En la propia Alhambra están los mas próximos testimonios: en el baño de Comares, en el Palacio anterior al Convento de San Francisco, o los mencionados por Ibn al-Jatib en el zafariche de Muhammad V, sultán a quien se identifica con los mas universales surtidores, los de la Fuente de los Leones. Los recientes análisis efectuados en la Fuente, así como los primeros trabajos de restauración de los leones del Maristán hacen suponer que originalmente estaban pintados, probablemente dorados. La propia Fuente de los Leones estuvo ricamente policromada. De hecho Ibn al-Jatib, en la fiesta del Mawlid de 1362, menciona los “leones refulgentes” de la fuente.

El valor simbólico de los leones centraban los espacios áulicos del mandato de Muhammad V: el patio de su palacio de la Alhambra y el hospital benéfico de Granada. El parentesco entre ambos es evidente: funcional, simbólico y decorativo. Además, en toda la iconografía del león aparecen por parejas, lo cual evidencia la potencialidad de su valor simbólico pues pareado en dos entes artísticos tiene un especial valor representativo en todos los programas decorativos del mundo hispano-musulmán.


El patio estaba rodeado de galerías distribuidas en dos niveles y disponía en el centro de sus dos lados mayores de una escalera que daba acceso a la planta superior. Los pilares de ladrillo y las zapatas de madera con las que se construyeron las galerías repitieron la misma técnica constructiva empleada con anterioridad en la Alhóndiga Nueva, conocida hoy en día como Corral del Carbón. Era posible que el edificio contase con dos áreas separadas por razones de sexo, y que sus pequeñas habitaciones de unos 6 metros cuadrados, repartidas por ambos niveles, sirvieran de alojamiento a enfermos, consultorios médicos, e incluso de salas de estudio para los aprendices de medicina, tenían acceso directo desde los pórticos y galerías además de tener comunicaciones interiores entre ellas. Las ocho naves del edificio se subdividían en un número aproximado de cincuenta celdas, por lo que se calcula una capacidad para doscientos enfermos. Se ha podido constatar que el Maristán se organizó reutilizando elementos de un edificio islámico anterior, quizás una alhóndiga.



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[1] Los Bannigas fueron una de las principales familias de la corte nazarí, llagando a desempeñar importantes puestos en la administración del Estado. El linaje arranca con Pedro Venegas, hijo del Señor de Luque (Córdoba), raptado en una correría fronteriza siendo muy niño. Educado en el Islam, sus grandes capacidades le permitieron salir del cautiverio, escalar posiciones en la corte y casarse con la hija de su antiguo amo, el noble Muhammad ibn al-Mawl. Tras las intrigas palaciegas que llevaron a Yusuf IV al trono, llego a ser su visir, pero a su muerte se refugia en Castilla, donde acaba sus días sin pena ni gloria. Sin embargo su descendencia consiguió mantener su posición, como lo demuestra el cargo de visir que ostento su hijo Ridwan en tiempos de Muhammad V. Su nieta Maryam se caso, en torno a 1470, con su primo, el pricipe Yahya al-Nayyar, nieto de Yusuf IV, y de ellos descenderían los Granada Venegas, príncipes moriscos colaboracionistas tras la conquista de Granada por los Reyes Católicos, que se convertirían, con el tiempo, en marqueses de Campotéjar.

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